Mientras rovers como Curiosity y Perseverance recorren la superficie en busca de rastros de vida antigua, la nueva evidencia revela que es posible que tengamos que cavar mucho más profundo para encontrarlos.
Cualquier evidencia de restos de aminoácidos de una época en que Marte pudo haber sido habitable probablemente esté enterrada al menos a 2 metros bajo tierra.
Esto se debe a que Marte, con su falta de campo magnético y su atmósfera endeble, está sujeto a una dosis mucho mayor de radiación cósmica en su superficie que la Tierra. Lo sabemos, y sabemos que la radiación cósmica destruye los aminoácidos.
Ahora, gracias a los datos experimentales, también sabemos que este proceso tiene lugar en escalas de tiempo muy cortas, geológicamente hablando.
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